Una tomografía es un estudio de imagen que usa dosis pequeñas de rayos-x para tomar varias fotografías del interior de alguna parte del cuerpo en especial. En este caso, la tomografía se hace en el tórax para visualizar el pulmón. La ventaja de la tomografía en comparación con la radiografía simple, es que permite visualizar más claramente el tejido pulmonar y encontrar lesiones más pequeñas. De igual forma, en caso de que existiera una lesión, permite ver de forma exacta su tamaño, forma y posición en el pulmón, así como encontrar ganglios linfáticos aumentados de tamaño. Estos datos son cruciales para definir si una lesión es benigna o si tiene riesgo de ser maligna o cancerígena. La tomografía pulmonar de baja dosis, o LDCT por sus siglas en inglés, es un tipo de tomografía que usa menos dosis de rayos-x que una tomografía normal; de esa forma se puede realizar de forma frecuente sin generar un daño secundario a la radiación.
No se necesita ninguna preparación especial para el estudio. El tomógrafo es un aparato compuesto de un aro grande y una camilla. Mientras estás acostado en la camilla, se te pedirá que metas aire profundo y lo mantengas dentro y el círculo grande del tomógrafo avanzará tomando varias imágenes de tu tórax. Dura alrededor de 10 minutos y no genera ninguna molestia.
la LDCT para screening de cáncer de pulmón busca particularmente la presencia de nódulos o masas pulmonares, los cuales pueden ser lesiones cancerígenas o pre-cancerígenas. Si tu estudio reporta la presencia de alguna de estas dos lesiones es importante que CONSULTES A TU MÉDICO porque podrías requerir estudios adicionales o un seguimiento más estrecho.
La tomografía de tórax puede reportar muchos hallazgos inespecíficos, como cicatrices antiguas en el pulmón, zonas de daño por el tabaquismo (enfisema), datos de aterosclerosis en las arterias del corazón, entre otros. Estos hallazgos no suelen ser competibles con cáncer y usualmente no tienen un significado particular si no tienes síntomas respiratorios como tos o falta de aire.