¿QUÉ ES EL CÁNCER CERVICOUTERINO?

El cáncer cervical o cervicouterino es aquel que proviene de las células del cérvix (también conocido como cuello uterino). El cérvix es un segmento del aparato reproductivo femenino que conecta el cuerpo del útero (o matriz) con la vagina. El cérvix se compone de dos tipos de células: células glandulares, que se encuentran en el endocervix y células escamosas, que se encuentran en el exocervix.

Las células del cérvix no se vuelven cancerígenas de un momento a otro, sino que gradualmente desarrollan anormalidades pre-cancerígenas. Estas lesiones pre-cancerígenas son conocidas con diferentes nombres, como neoplasia intracelular cervical (NIC), lesión intraepitelial escamosa o displasia. Aunque algunas de estas lesiones pueden convertirse en cáncer, la mayoría desaparecerán sin requerir ningún tratamiento. Sin embargo, ya que algunas podrían evolucionar a un cáncer de cérvix, se deben tratar todas las lesiones pre-cancerígenas.

La meta del screening de cáncer cervicouterino es encontrar estas lesiones pre-cancerígenas o cáncer en etapas tempranas, cuando son más sencillas de tratar y son potencialmente curables.

¿POR QUÉ SUCEDE EL CÁNCER CERVICOUTERINO?

El cáncer cervicouterino se asocia a la infección por el virus del papiloma humano (VPH), el cual se transmite por contacto sexual y afecta a 8 de cada 10 personas (tanto hombres como mujeres) en algún momento de la vida. Solo una de cada mil mujeres infectadas con VPH desarrollarán cáncer, sin embargo hay algunos factores que podrían incrementar el riesgo de progresión a cáncer, como son el tabaquismo, las infecciones de transmisión sexual (Herpes, Chlamydia), uso de anticonceptivos orales, número elevado de embarazos, deficiencias nutricionales o inicio de vida sexual en edades tempranas.

¿QUÉ TAN COMÚN ES EL CÁNCER CERVICOUTERINO?

En el mundo, anualmente se diagnostican alrededor de 528mil nuevas mujeres con cáncer de cérvix. Es un tumor que es más prevalente y más mortal en países en vías de desarrollo, ya que no hay adecuadas estrategias de vacunación contra el virus de papiloma humano (VPH) y no se realizan las pruebas de screening de forma frecuente (Papanicolaou y/o prueba de VPH). En México, el cáncer cervicouterino es la segunda causa de muerte por cáncer en la mujer.
La edad promedio de diagnóstico de cáncer cervicouterino es entre 35 y 44 años. Rara vez se presenta en mujeres menores de 20 años. Aunque usualmente es identificada como una enfermedad de mujeres jóvenes, más del 20% de los casos suceden en mujeres mayores de 65 años, sin embargo, es muy raro que ocurra en mujeres que tuvieron pruebas regulares de screening negativas antes de los 65 años.

¿QUÉ SÍNTOMAS DA EL CÁNCER CERVICOUTERINO?

En las etapas pre-cancerosas, el cáncer de cérvix suele ser asintomático. Los síntomas usualmente aparecen hasta que el tumor es lo suficientemente grande para invadir órganos cercanos. Cuando esto sucede los síntomas más frecuentes son:

  • Sangrado vaginal anormal, el cual puede ser aquel que se presenta en mujeres postmenopáusicas, sangrado después de tener relaciones sexuales, entre periodos menstruales o menstruación con sangrado más intenso o prolongado de lo normal.

  • Descarga anormal de la vagina, que puede contentar sangre y ocurrir entre periodos menstruales o después de la menopausia.

  • Dolor durante las relaciones sexuales.

  • Dolor en la región pélvica.

Estos síntomas pueden ocurrir en condiciones diferentes al cáncer cervicouterino, sin embargo, si presentas alguno de estos síntomas es importante visitar a tu médico.

¿EL CÁNCER CERVICOUTERINO SE PUEDE ENCONTRAR DE FORMA TEMPRANA?

Encontrar el cáncer cervicouterino a tiempo es la estrategia más importante para prevenir la muerte por esta enfermedad. Las pruebas de screening recomendadas son el Papanicolaou y la prueba de VPH. Lo más importante es hacerse las pruebas de forma regular. La detección temprana del cáncer cervicouterino incrementa significativamente la posibilidad de lograr un tratamiento curativo de las lesiones cancerígenas y pre-cancerígenas

¿CÓMO ES EL SCREENING DEL CÁNCER CERVICOUTERINO?

La mejor forma de encontrar el cáncer cervicouterino a tiempo es hacerse pruebas de screening de forma regular. Las pruebas usadas para hacer screening de cáncer cervicouterino son el Papanicolaou (o citología cervical) y la prueba de virus de papiloma humano (VPH). Si quieres más información acerca de estas pruebas haz clic aquí. El screening de cáncer cervicouterino se hace de la siguiente forma:

  • Mujeres entre 21 y 29 años se deben hacer un Papanicolaou cada 3 años.

  • Mujeres entre 30 y 65 años se deben idealmente hacer co-test (Papanicolaou + prueba de VPH) cada 5 años. Si no está disponible la prueba de VPH, se puede realizar Papanicolaou cada 3 años.

  • El screening se debe detener en mujeres mayores de 65 años que tengan al menos 3 pruebas de Papanicolaou negativos consecutivos en los últimos 10 años o al menos 2 co-tests negativos consecutivos en los últimos 10 años, teniendo alguno de los estudios negativos en los últimos 5 años.

¿CÓMO PUEDO DISMINUIR MI RIESGO DE TENER CÁNCER CERVICOUTERINO?

Las dos acciones más importantes para prevenir el cáncer cervicouterino son la vacunación contra VPH (en hombres y mujeres) y hacerse pruebas de screening de forma regular.

La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) protege a niños y adultos de desarrollar las formas de este virus que producen lesiones pre-cancerígenas o verrugas genitales. Como cualquier otra vacuna, la vacuna del VPH previene que aparezca la infección, pero no puede tratarla una vez que ésta ya se desarrolló, por lo que es ideal que esta vacuna se administre antes de la exposición al virus (antes de iniciar vida sexual). En México, la vacuna del VPH es parte de la cartilla de vacunación y se recomienda en niños y niñas de 11 años de edad o en quinto año de primaria. Niños o adultos jóvenes entre 13 y 26 años que no se han vacunado, o que no han recibido las dosis completas, deben administrarse la vacuna lo antes posible. Las vacunas que se aplican en adultos jóvenes previenen menos tumores cancerígenos que las que se administran en niños.

Usar condón y limitar el número de parejas sexuales disminuye el riesgo de exposición al VPH. Es importante saber que el VPH no sólo se transmite durante una relación sexual (ya sea vaginal, anal u oral), si no que es posible que se transmita con cualquier contacto con otra piel infectada en cualquier parte del cuerpo.

Evitar el tabaco disminuye el riesgo de desarrollo de lesiones cancerígenas y pre-cancerígenas en el cérvix.